viernes, 11 de noviembre de 2011











Emotivo y multitudinario adiós a Monseñor Cantuarias


Arzobispo Antonio Eguren oficio Santa Misa por su descanso eterno




Cientos de personas acudieron hoy a la Basílica Catedral de Piura para despedir y rezar por el descanso eterno de quien fue pastor por 25 años de la Arquidiócesis de Piura, Monseñor Oscar Cantuarias, llamado a la Casa del Padre el pasado martes en la ciudad de Lima.



“’Jesús es mi amigo’ es la frase que mejor resume la vida de Monseñor Cantuarias”, expresó en la homilía de la Misa de Exequias nuestro Arzobispo, Monseñor José Antonio Eguren S.C.V., quien explicó que es este testimonio de vida el que ha guiado la entrega, servicio y trabajo pastoral de Monseñor Cantuarias en nuestra Arquidiócesis.


“Su amistad con Jesús lo llevó a descubrir su vocación sacerdotal desde muy temprana edad. A los 11 años ingresó al seminario y posteriormente se trasladó a Lima para realizar sus estudios en el Seminario de Santo Toribio de Mogrovejo, siendo ordenado sacerdote para la Arquidiócesis de Lima en 1955. Tres años más tarde fue incorporado a la recién creada diócesis de Huacho, lugar donde es muy recordado por haber desarrollado una vasta labor pastoral especialmente como párroco en la Catedral de la ciudad en los años 60.


Su amistad con Jesús permite que el Papa Pablo VI lo ordene en 1973 Obispo de Tacna y Moquehua. En 1981 fue promovido a la Arquidiócesis de Piura, donde ahora se queda con nosotros porque sus restos, por propia voluntad, se alojarán en nuestra ciudad a la que tanto amó y por la que tanto se entregó en sus años como Arzobispo”, recordó nuestro Arzobispo.



“Es así como debemos entender sus múltiples iniciativas sociales -continuó Monseñor Eguren -. Su preocupación constante por el bien de todos, de manera particular por los niños y jóvenes lo llevó a fundar diversas iniciativas como el centro Corazones Valientes, a conseguir un terreno en lo que es hoy un Centro Juvenil en Catacaos, el Hogar del Niño Piurano que atiende las necesidades de tantos niños de nuestra ciudad”.
“Consecuencia de su amistad con Jesús es la fundación de Diaconía para la Justicia y la Paz, que realiza una importante labor por defender la dignidad de los más pobres y necesitados, extendiendo hoy su trabajo hacia la defensa de los derechos del niño por nacer, la defensa de los concebidos no nacidos”, explicó nuestro Arzobispo.
“Monseñor Cantuarias fue un gran defensor de los derechos de la Región. Basta recordar el aliento dado a los piuranos en medio del sufrimiento por la catástrofe dejada en estas tierras el Fenómeno del Niño, y su arduo trabajo por sacar adelante iniciativas que ayudarían a paliar tal emergencia. Gracias a sus gestiones, hoy se cuenta con el canon petrolero”, recordó el actual Arzobispo de Piura y Tumbes.
POR UN HOSPITAL DE ALTA COMPLEJIDAD


Monseñor Eguren evidenció a los fieles y a las autoridades presentes la urgente necesidad de un hospital de alta complejidad en Piura: “Somos el segundo Departamento más habitado del país, la cuarta economía del Perú que aporta el 4% del Producto Bruto Interno, en estas circunstancias no es posible que tengamos que derivar a nuestros pacientes con problemas cardiovasculares, con problemas de cáncer, a otras ciudades.


Y esto lo hemos vivido en carne propia, porque la salud de Monseñor Cantuarias decayó por una afección cardiaca y no habían los equipos necesarios para practicarle un cateterismo. Tuvimos que traer los equipos desde Lima. Posteriormente cuando, por recomendación de los especialistas, hubo que intervenirlo quirúrgicamente tampoco estaban los equipos adecuados y debimos trasladarlo a una institución médica especializada en Lima.
Sé que también hay otras prioridades en nuestra querida Piura: seguridad ciudadana, carreteras, lucha contra la corrupción, entre tantos otros, pero la salud es también una prioridad que afecta a tantos y tantos piuranos que sufren los estragos de no tener una adecuada atención de salud, poniendo en riesgo sus vidas”, afirmó.
POR LA UNIDAD DE LOS PIURANOS


Nuestro Arzobispo continuó agradeciendo a Monseñor Cantuarias sus gestiones para que el entonces Santo Padre Juan Pablo II, hoy beato, visitara nuestras tierras en 1985. Cinco años más tarde convocó al primer Sínodo Arquidiocesano bajo el lema "Construyamos Juntos Nuestra Iglesia", de gran repercusión en la vida de nuestra Iglesia local.
Monseñor Eguren destacó que una preocupación constante de Monseñor Cantuarias ha sido la unidad de Piura. “Oscar decía: ‘Piura tiene un gran problema, la desunión de sus hijos’. Hermanos, este es el gran desafío de los piuranos, forjar vínculos de amor que nos permitan tener gestos cada vez más cercanos y profundos de comunión”.
Nuestro Arzobispo concluyó su homilía relatando que en un encuentro que tuvo con Monseñor Cantuarias en un aeropuerto peruano hace pocas semanas, el Arzobispo Emérito de Piura le comentó que estaba leyendo ‘La pasión de Santa Teresita del Niño Jesús’. “Tal ha sido la delicadeza del Señor que el deceso de Monseñor Cantuarias ha ocurrido el día en que se veneraban las reliquias de esta santa en Piura. Una muestra más de su amistad con Jesús”, puntualizó Monseñor Eguren.


La Misa de exequias fue concelebrada por Monseñor Lino Panizza, Secretario de la Conferencia Episcopal Peruana; Monseñor Daniel Turley, Obispo de Chulucanas; y Monseñor Jesús Moliné, Obispo de Chiclayo; junto a numerosos sacerdotes de nuestra Iglesia particular, Asistieron familiares, autoridades civiles y militares, representantes de instituciones educativas y religiosas, grupos de parroquias y fieles en general que con mucho recogimiento elevaron sus oraciones y cantos a Dios para agradecer por este fiel servidor de Jesucristo y de su Iglesia.
Al finalizar la Eucaristía los restos mortales de Monseñor Cantuarias fueron trasladados al Cementerio San Miguel Arcángel (ex Metropolitano) en una caravana que recorrió las calles de nuestra ciudad, mientras los fieles caminaban tras la carroza fúnebre entonando melodías en medio de conmovedoras palmas y vivas.
Durante el sepelio la señora Ruby Rodríguez, Alcaldesa Provincial de Piura, le entregó a la familia de Monseñor Cantuarias la “Medalla de la Ciudad” en reconocimiento a la labor pastoral del fallecido Arzobispo Emérito.
Monseñor Oscar Cantuarias Pastor fue llamado a la Casa del Padre la noche del martes 08 de noviembre a los 80 años de edad en la ciudad de Lima, tras una operación al corazón y luego de haber realizando una intensa labor pastoral en la Arquidiócesis de Piura y Tumbes durante 25 años de fructífero y generoso servicio a la Iglesia.

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